Comunicar correctamente en los medios digitales

Tener una buena ortografía ha sido y será siempre de gran importancia para la comunicación. Como personas naturalmente sociables necesitamos comunicarnos unos con otros diariamente, independientemente de la profesión que tengamos o a lo que nos dediquemos, nuestra naturaleza nos invita a hacerlo. Si no fuera de esta manera, no podríamos saber si una persona se encuentra bien o está pasando por algún momento difícil.

A nivel de marcas, la buena ortografía implica una buena comunicación, de lo contrario: ¿cómo lograríamos saber si una empresa presta el servicio que necesitamos, si ellos no lo comunicaran o si lo hicieran de una forma equívoca?

Hoy en día, gracias a la tecnología tan avanzada y por la variedad de medios de comunicación que tenemos a nuestro alcance, la comunicación parece ser muy sencilla. Puedo agregar a cualquier persona a mi Facebook y realizarle las consultas que se me presenten, o ser “amiga” de un doctor en Whatsapp y hacerle una consulta rápida sobre qué medicamento debo tomar por el resfrío que tengo. Es cierto entonces, que se nos facilita comunicarnos unos con otros gracias a las nuevas tecnologías; sin embargo, por la rapidez de estos cambios y la velocidad a la que se mueve el mundo, tratamos de abreviar y acelerar lo que podamos en cada oportunidad que se nos presenta, por ejemplo utilizando palabras abreviadas, muchas de las cuales no precisamente existen o están aceptadas dentro de la Real Academia Española, pero que consideramos cumple el papel de darnos a entender unos con otros.

Vivimos en un mundo en donde lo primero que vemos al salir de casa es una valla que está publicitando algún producto o servicio, ¿qué pasaría si una de ellas transmite una idea o concepto erróneo o que en el titular haya una falta ortográfica que no puede evitar verse? sería un error terrible. De igual manera en las redes sociales (Twitter, Facebook, Instagram), son medios que todos vemos a diario, y que a diario vemos errores ortográficos.

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A un grupo de 21 estudiantes de 1º de un colegio en Navarra les hicieron la siguiente pregunta : “¿Te parece necesario cuidar la ortografía al escribir en internet?”, la respuesta que más llamó mi atención fue una niña que dijo: “Las palabras que escribimos mal, ya sea por faltas de acentuación o de puntuación, la persona que lo lea puede interpretar de otra manera lo que tú le quieras decir”. Me parece que es muy importante saber las consecuencias que pueden tener el no saber escribir o escribir mal, y la principal sería que no nos damos a entender y por ello no podemos acostumbrarnos a escribir así.

También Anabella Abadi , economista y analista de entorno y gestión pública en ODH Venezuela, escribió en su cuenta de twitter la siguiente frase: “¡CUIDADO! Si nos acostumbramos a escribir mal en WA/Twitter/Fb, lo terminaremos haciendo en todos nuestros escritos”. En el momento en que una persona se acostumbra a escribir de una forma en las redes sociales, lo hace de la misma manera en su trabajo o colegio, no podemos permitir que la tecnología nos convierta en personas maleducadas ortográficamente.

Las redes sociales nos permiten una comunicación mucho más inmediata, por lo tanto deberían ser una fuente que nos inspirare a mejorar nuestra forma de expresarnos y comenzar a escribir correctamente de nuevo. Actualmente, las personas suelen pensar que el idioma español es un derivado del inglés, ya que no le colocan tildes. Debemos comenzar por identificarnos con el país y el idioma que hablamos, para poder amarlo y entenderlo. Bien dice un dicho; “uno solo conoce a quien ama”, considero que también puede aplicarse a nuestra forma de escribir, si logramos crear ese amor y pasión por la correcta forma de expresarse, lograríamos que las personas se sintieran muy bien al hacerlo y en esta medida, dejarían de escribir incorrectamente.

Nos rebelamos – 27A

Lo que pasó el día de ayer, 27 de agosto de 2015, en nuestra Guatemala es histórico. Muchos niños, jóvenes y otros jóvenes de corazón, se unieron para manifestar pacíficamente su postura ante la situación crítica del país.

Unos cerca, otros lejos, pero todos con el corazón y la mente puesta en una misma idea, hacer justicia en Guatemala. Yo no tengo presidente, ( #YoNoTengoPresidente ) uno de los hashtags que representaron este día.

Me siento muy orgullosa de mi país y por eso quiero animarlos a continuar haciendo historia, con un texto de una novela contemporánea, en la que se cuenta la historia de unos universitarios del año 1998, que se revelan contra la sociedad en la que viven en esos momentos:

» Nos rebelamos, sí, pero no contra viejos moldes que no tenemos tiempo de destruir, ni motivo.  Nos rebelamos contra nosotros mismos por haber sido capaces de permitir llegar a esta situación que nos está consumiendo a todos. Nos rebelamos contra quienes quieran rebelarse, contra quienes venden el progreso por la comodidad o pretenden cambiar la elegancia por márgenes comerciales. 

Nos rebelamos contra quienes prohíben prohibir, siendo ellos los primeros inquisidores de su extraña religión, contra quienes gritan ‘imaginación al poder’ y luego se quedan embarrancados en un botellón de cerveza en las aceras de nuestras calles, sucias de tantos carteles que sólo quieren censurar. 

Nos rebelamos contra quienes han hecho suya la bandera de la protesta, del cambio, de la libertad…, adulterando esas palabras en un eterno manoseo ineficaz y seco. 

Nos rebelamos contra los viejos retrógrados, que vociferantes creen haber inventado ellos la libertad, contra quienes custodian la fe de los pueblos con aires de modernidad, y retamos al mundo con nuestra presencia a que responda a los grandes interrogantes que abrimos con nuestras vidas… «

¡Arriba Guate!… ¡Arriba Valientes!

#YoNoTengoPresidente #YoEstoyPorGuate

Ánimo Guate  Bandera-04

 

Libro sobre Mercadeo Digital

Les quiero compartir un libro que realice sobre algunas experiencias, casos y conceptos del Mercadeo Digital. Se los muestro en esta época en la que todo se torna a lo digital, que parece haberse convertido en una moda a la cual todos tenemos que seguir y que los jóvenes de las nuevas generaciones muestran tener más «experiencia» que los demás.

Quiero que sepan que es necesario tener conocimientos más que básicos para poder llevarle a las marcas sus fanpages de Facebook, Blogs, Instagram y demás redes sociales y Plataformas Digitales. En este libro les comentaré sobre lo que es necesario y cómo algunas marcas se han «tirado al agua« sin saber o sin tener a un profesional a cargo y las consecuencias han sido devastadoras.

Les invito a leer y reflexionar sobre el tema. Espero que les guste y bienvenidos los comentarios (:

 

Problemas del mundo

Recientemente me topé con un video que me dejó pensando y reflexionando. Éste trata sobre los problemas de las personas, comparando los del tercer mundo, con los del primero. En el video se pueden observar a personas del tercer mundo leyendo tweets de los problemas de las personas del primer mundo. A pesar de que Guatemala no es un país primer mundista, muchos de los «problemas» que presenta este video suenan familiares para algunos de nosotros.

«Odio cuando mi casa es tan grande, que necesito dos router inalámbricos»

Personalmente me ha pasado y realmente me cae mal, sin embargo, esto no puede compararse, en absolutamente nada, con los verdaderos problemas de algunas de las personas del tercer mundo. Si uno se pone a reflexionar y poner en una balanza los problemas realmente importantes, dejaríamos de quejarnos tanto y nos enfocaríamos más en lo que tenemos.

«Haz lo que puedas, con lo que tengas», una frase muy sabia de mi abuelito. En nuestra vida, muchas veces, nos pasamos pensando en las cosas que queremos hacer, pero no podemos, ya sea por falta de dinero, tiempo, etc. Entonces me pregunto ¿vale la pena enfocarnos en nuestros problemas? ¿y si en vez de eso, pensamos en cómo ayudar a los demás con lo que tenemos?

Todo esto hace mucho énfasis a lo que yo les contaba un día: «Olvi[darse]«, esa es la clave.

Les dejo el video para que ustedes puedan reflexionar y pensar sobre lo que realmente importa y no dejarnos llevar tanto por las cosas materiales, que al final de cuentas son puros «gustitos».